Empezamos a competir.
Después de una dura derrota el equipo empieza a competir. La única forma que tenemos de hacerlo es poniendo cada uno lo máximo.
A pesar del resultado final, el equipo lucha todo el partido y lo intenta. El equipo contrario está más acertado de cara a puerta, y además concedemos algunas ocasiones demasiado fácilmente.
Este es el camino, tratar de dar lo máximo cada uno de nosotros y con ese esfuerzo colectivo competiremos cada partido.